Casa de Nate

- Divertido... Podría decirse... - Asintió, con un leve titubeo.

Se inclinó de nuevo sobre el rostro ajeno, para poder besarle, de manera intensa, distrayendole de lo que sus manos le hacían, acariciandole por completo el cuerpo, pasando las manos por el torso, rozando muy suavemente los pezones, subiendo por los hombros, el cuello, hasta finalmente dejar sus manos en sus mejillas, sosteniendole el rostro muy cerca del suyo cuando se separaron, sin aliento.

- Pero, ¿Aceptaras que te vende los ojos? - Preguntó, susurrante sobre sus labios, esperando la respuesta ajena.

-Mmh...

Correspondiendole el beso, sentia las caricias que lo hacian estremercer y suspirar, entrecerrando los ojos sólo para disfrutarlo más. Nate lo volvía loco, lo hacia sentir tan bien y todo su cuerpo parecía moverse sengun el ritmo que marcaban las caricias ajenas, como si estuviera pre programado.
-

-Nate -gimoteo, soltando un suspiro. Se derritio por completo al mirarlo a los ojos, teniendolo tan cerca, y asintio como hipnotizado a la vez que le lamio un labio- Sí... lo que quieras.

Se estremeció a contacto ajeno con su labio, no pudiendo evitar el volver a besarle con entusiasmo, sumido en el dulzor de los labios ajenos y la perfección de su cuerpo y de sus formas. Cuando finalmente se separó, sin aliento, le dio un corto beso sobre ambos ojos, antes de taparselos con el pañuelo para que no viera nada.

- Presiento que esto te gustara... - Susurró, sensualmente sobre sus labios, antes de rodarse para quedar junto a su cuerpo para no rosarle.

Se le haría divertido juguetear con el un rato. Usualmente siempre era el otro quien le provocaba, pero esta vez le tocaría a el, y, aunque ya se encontraba bastante exitado por la lujuriosa vision de su desnudez, se propuso soportarlo un poco más. Deslizó las yemas de sus dedos de su menton, pasando por todo su pecho con embriagante lentitud, hasta llegar al miembro ajeno, presionando la punta con el dedo pulgar, mientras le dejaba sentir su calido aliento cerca del cuello.

- Pico... - jadeó cerca de su cuello - ¿te gusta esto? - Preguntó con lascividad, presionando con mas fuerza la punta de su miebro entre su mano.

-Mmh...

El beso de Nate lo dejó mareado y sin aliento, con ntodo el cuarto dando vueltas a su alrededor ¿Como hacia Nate para ponerlo asi? ¿Como? Cerró los ojos pasivamente, sin molestarse por no ver nada... Pero, a la ausencia del calor ajeno, movio la cabeza para todos lados buscandolo, olvidandose de que no lo podia ver.

-¿Nate...?

Se sentía raro el no tenerlo cerca y estar imposibilitado de ver su cara tan guapa y esos ojos que... Fue entonces cuando escuchó su respiracion. Bueno, al menos él estaba ahi cerca. Se relajó completamente ante el tacto de su mano, que ahora se sentía mucho mas patente por estar ciego. La forma en que los dedos de Nate tocaban su piel, descendiendo, le enrojecieron las mejillas y estremecieron todo su cuerpo, que se movia suavemente de un lado al otro.

-Aamh...nhh, Nate. Nhh, que rico -gimoteaba, alzando el cuerpo hacia su mano mientras enredaba las sabanas entre sus dedos. Solto un jadeo más oprofundo al sentir el aliento del otro en su cuello- Aah!

A medida que bajaba hacia su entrepierna, iba alzando un poco las caderas, tensandose los musculos de su cuerpo, excitandose poco a poco hasta sentirse endurecido en la Mano de Nate cuando este tocó su parte más sensible, haciendole gritar.

-¡Aaahh! -chillo, sintiendolo todo mas fuerte- S-sí... Sí me gusta, yo...mnhg, quiero, quiero más... Aah, ah, Naate.

Jadeaba, moviendose lujuriosa y provocativamente sobre las sabanas sin pensar.

Aun sin que le tocara, el otro le excitaba totalmente solo con el sonido de su voz. ¿Como demonios lo hacia? Era todo un misterio para el, el encontrar a alguien que le hiciera reaccionar de aquella manera, tan salvaje, como si fuera un adolescente. Le tomó del menton con una mano, lamiendo su mejilla con desesperacion, mientras su mano se movia mas fuertemente sobre el miembro endurecido.

- Que bien que... te guste... porque... a mi me gusta mucho verte asi... - Susurró lascivamente sobre su oido, deteniendose sobre el cuello de piel tersa, mordisqueandolo.

Sentía como, tan su respiración como la de su adorable rubio, se iban agitando cada vez más. Sus cuerpos se encendían de nuevo, podía sentirlo. Aquella necesidad de tenerlo, de poseer una y otra vez su delicioso cuerpo le enloquecía tanto que no le dejaba pensar en otra cosa. Lo deseaba fervientemente.

- Pico... - Le susurró al odio - Te deseo... te deseo como no tienes idea... - Le confesó, sin importarle la reaccion ajena - ¿como es que me vuelves tan loco? - Lo ultimo, a pesar de que lo dijo en voz alta, parecia mas hablar consigo mismo.

Continuó bajando por su cuello, tambien continuando por la clavicula, los hombros, y luego el pecho, deteniendose en sus pezones, torturandolos con su boca, y evitando hacer el minimo contacto, haciendole sentir cada vez más ansioso.

-Mnh, nhg.. Nate, nate. Aah... nh!

Gemia con su suave vocecilla, apretando los puños, torciendo y estirando las piernas sintiendose mareado con todas esas sensaciones que lo aquejaban. cuando Nate le lamio, busco su boca a ciegas para poder besarlo, necesitado del dulzor de su boca.

-Amh.., Mmhgm, Nate....¿T-te gusta? Nh, se siente rico...-y gimio más alto por las mordidas, meneando las caderas hacia las manos de Nate.

Todo su cuerpo estaba revolucionado, respirando a bocanadas como si el aire le faltaba, queriendo sentirlo más y más junto a él, sobre él, dentro de él. Quiso abrir los ojos para verle cuando le susurro eso, estremeciendose y jadeando.

-Tu tambien me vuelves loco.

Pico solo jadeaba, sintiendo y gozando sus mordidas y lamidas que descendian cada vez más, evitando tocar al mayor como prometio pero muriendose de ganas por hacerlo hasta que le toco los pezones, que se erectaron en el acto, y chillo alzando el pecho hacia la boca ajena.

-¡Aamh! Así... más!

- Eres tan... delicioso... - Jadeó, delirando.

Adoraba tener al otro asi, asu merced. No pudo evitar sostenerlo de las caderas en cuanto alsó su pecho hacia su boca, sosteniendole tan cerca como podía, jugueteando con sus pezones, mientras la mano en su entrepierna no se detenia.

- Haras que... esto termine muy rapido... - Le reclamó en broma, pero encantado con la situación.

En cuanto se cansó de jugar con sus pezones, de nueva cuenta le dejó sobre la cama, proponiendose hacer el ultimo de sus juegos perversos, antes de tomarlo finalmente. Le soltó el miembro endurecido e, inclinandose sobre el y sin previo aviso, metio entero el miembro ajeno en su boca, comenzando a masturbarle con la boca a un ritmo casi violento, acariciandole con la lengua y los dientes, disfrutando de sus sensuales gemidos.

-Ammh, nhg, pero es que... Ah! Me enloqueces y se siente taan bien... No resisto, quiero más.

Pudo tranquilizarse al sentir las pieles de los dos tan cerca y, rompiendo con la promeza, lo abrazo posesivamente y lo recorrio entero como queriendo asegurarse de que estaba ahi.

-Lo siento.. Nh, mh... pero es que estoy demasiado excitado.

Dijo jadeando, acariciandole entero hasta que se separo de su cuerpo, a lo que respondio con un quejido. Queria tenerlo cerca. Lo que no se espero fue que dejara de masturbarle para hacerle aquello, que lo hizo arquear la espalda y gritar al sentir la humedad deliciosa rodearle de aquella forma.

-Aaah! N-Nate! Mnh...nhh!

Disfrutaba de sus gemidos y de sus movimientos bruscos. Era, simplemente, una sensacion deliciosa. Comenzó a succionar más rápidamente cada vez, rozandole la piel el miembro endurecido con sus dientes, sosteniendole las caderas con una mano, y acariciando su traser con la otra.

- Pico... - Jadeó el otro, separandose un momento para ver su expresion de sumiso placer - Tu tambien... Me enloqueces...

Y volvió a su tare de masturbarle, más rápido si era posible, esperando la deliciosa escencia que se le antojaba irresistible, llevando sus dedos, desde el trasero a la entrada ajena, presionando suavemente, como tentando el estrecho interior.

-¡Agh, Nate! Amnh, no... aah, no más, me vengo. Me vengo, Nate, para... ¡Aamh, nh!

Pico gemia, retorciendose de placer sintiendo cómo lso dientes de su danna rozaban su sexo tan deliciosamente que su cuerpo se movia pidiendo más, aunque el gritara que se detuviera. El caso era que no quería que parara, pero...

-U-un geisho... amng, un geisho no d-debe correrse...Aah, en la, nhm, boca de su... su...- y cuando Nate comenzo a masturbarle , cuando sintio esos dedos tanteando en su estrada palpitante, simplemente perdio la razon y solto un gemido alto y agudo- ¡Nate, nate!

Siguio chillando, moviendose más y más hasta no poder soportarlo. Todo su cuerpo se tensó en varios espasmos y sacudidas , corriendose abundantemente en la mano de Nate.

-¡Mmmh!

Cuando finalmente se corrío en su mano, pudo sentir los espasmos que recorrian su propio cuerpo y el del menor, disfrutando de la placentera sensación, mientras lamia los restos de su escencia de su mano, y de los restos que calleron en el vienre ajeno de manera deliciosa con su lengua. En cuanto terminó, subio de nuevo al rostro ajeno, para susurrarle rozando sus labios.

- Olvidate de ser un geisho... - Le susurró - Cuando estes conmigo, solo tienes que ser tu... Olvida las reglas... - Dijo, antes de besarle apasionadamente.

Apartó sus dedos de la entrada ajena, usando su mano para sostenerle las caderas, pegando su cuerpo al suyo, haciendo que su miembro palpitante y endurecido, rozara la entrada ajena, mientras su otra mano le sostenía del mentón, acariciandole la mejilla en el proceso.

-Ah, Dios...

Jadeaba, sintiendo cómo le lamia el cuerpo de esa forma tan excitante, haciendole temblar todo su ser una vez más, gimiendo de pura excitacion. Giio hondamente, mordiendose los labios ante la sensacion de tenerlo tan cerca, deseando besarle como nunca.

-Nate... -olvidarse de ser un geisho, era dificil... Pero tan facil al lado de Nate, teniendolo tan cerca, gzando de su calor y su perfume- Seré yo... -susurró tambien, abrazandole el cuello con los brazos, acercandole y dejó oir un gemido cuando lo besó, correspondiendole como si la vida se le fuera en ello- Mmmh! Ah, Nate..

Abrió las piernas, sintiendo la calida dureza de su... su amante contra su cuerpo, deseandolo, excitandose tan rapido que se sorprendió. Y meneo las caderas buscando sentirlo más.

-Amhg, Nate, tomame... Por favor, lo quiero.

Los gemidos, y la manera en como le suplicaba, no hacía mas que hacer que se excitara cada vez más, así que, de una sola vez, entró en el ajeno interior del rubio, ahogando el gemido que quería soltar con los besos ajenos, al sentir la deliciosa estrechez. Podrían hacerlo tantas veces en una noche como quisiera, pero nunca dejaria de encantarle aquel cuerpo.

- Ahgm... Pico... - Jadeó, separandose en busca de oxigeno - Que delicia... - Exclamó, relamiendo sus labios, para luego, darle cortos besos a los labios ajenos mientras recuperaba el aliento, mordiendole el labio inferior en el proceso.

Se acomodó mejor sobre su cama, apoyandose casi totalmente sobre el cuerpecito ajeno, refugiandolo con su calor, mientras disfrutaba de la cantidad de sensaciones que le embargaban al estar asi con el. Era tan placentero. Comenzó a embestirle suavemente, a la par que le mordia el labio mas fuerte.

- ¿Asi te gusta? - Inquirió, con travesura - ¿O quieres algo... mas?

Siempre gimiendo, cerró los ojos debajo del pañuelo gozando con cada centietro que Nate invadia, abrazandole con todas sus fuertas para sentirle cerca. Besandole con toda su pasion, al punto de olvidarse quien era, jadeo en cuanto se separó.

-Nate... -dio gemido gutural, encerrandole entre sus piernas- Oh, Nate... sí, sí.

Abrazandole, le recorrio la espalda entera disfrutando de su calor, suspirando y gimiendo hasta sentirlo moverse.

-Aah! -gimio, moviendo la cabeza ante el mar de sensaciones. Tomo la cabeza de Nate entre sus manos, besandole lentamente- Así... por un rato, solo hazlo así.

- Como quieras... mi pequeño geisho... - Susurró, sobre sus labios, antes de que le besara.

Disfrutó como le besaba, con lentitud, per a la vez de manera apasionada, sintiendo como ambas bocas se deboraban poco a poco, acabando el aire, disfrutando de los sentimientos que podian transmitirse con ese simple beso.

Mientras tanto, como el otro le había pedido, continuaba moviendose en su interior al mismo ritmo, de manera lenta pero constante, torturadora, sintiendo como deliciosamente su interior se estrechaba cada vez más, apresando su miembro.

- Ahg... Pico... - Jadeó, separandose en busca de oxigeno, sin por ello dejar de besar, a besos cortos, sus suaves labios.

Sus manos, inquietas, recorrian su cuerpo, acariciandole con suavidad, delineando con sus dedos cada marca en el cuerpo ajeno, pasandolos con suavidad por sus pezones, delineando la aureola, para bajar nuevamente a sus caderas, acariciandolas mientras les imponia el devastador ritmo.

-Aah, Nate -suspiraba, sujetandose a él con fuerza mientras lo besaba con ahinco, cerrando los ojos con cada beso y cada embestida que le hacían delirar como nunca antes le habia pasado- Nate, mnh, así. Se siente tan bien... me haces sentir tan bien.

Seguía gimiendo, acariciandole el cuerpo también, embotado con el mar de sensaciones tan intensas que le envadian al punto de no poder controlarse a sí mismo. ¿Eso era dejar de ser geisho? ¿Ese calor hirviente en todo su cuerpo, ese placer que no le dejaba ni respirar? Era con creces lo mejor que le hubiera pasado nunca.

-¡Aah! Amh, s-si Nate...aah, sí ¡Mas! Onegaii, siento que voy a morirme.

Chillo, alzando el pecho hacia las manos ajenas y luego moviendo las caderas con suma rapidez, dejando de besarle para morderle todo el cuello a ciegas, lamiendole el sudor del cuello.

Cada movimiento, cada roce, lo disfrutaba como si fuera el ultimo, mientras que sus gemidos lenaban la habitacion como una deliciosa melodia que le encantaba y excitaba a la vez. Se separó de sus labios, llendo a besar su cuello, lamiendo su maxilar y mordiendo suavemente sus hombros, sintiendo como el otro jugeteaba igualmente con su cuello.

- Pico... Ahhh... N-no pares... - Jadeó, aumentando el ritmo de las embestidas por instinto - - Se siente... bien... Ahgm...

Llevó una de sus manos a los testiculos ajenos, estrujandolos entre sus dedos, para luego, subir hasta el endurecido miembro, y comenzar a masturbarlo con fuerza, al mismo ritmo de las embestidas, disfrutando la calidainvacion a la intimidad ajena, y soltando continuos jadeos por sus atenciones.

-Sí, sí... Oh, sí. Mmh, Nate... Boku no Nate. Motto, motto.

Gemia mezclando los idiomas, mordiandole el cuello y lamiendolo, incapaz de ver la cara de su danna pero pudiendo sentirlo en todo su esplendor mientras lo recorria por completo. Podía estar asi todo el día, no le importaba mientras que Nate lo tacara y lo besara asi. Todo el cuerpo le hervía, a cada toque y cada embestida pegaba un salto y chillaba creyendo que se moría, correspondiendole más, mordiendole fuerte.

-Nate, nate... Amg, sí, Nate, así. Me haces sentir tan... tan.. ¡Aah!

Siguio gimiendo y moviendose, abrazandose lo mas que pudo a su danna cuando el extasis le supero e hizo mella en su cuerpo, corriendose en un ultimo grito.

-¡Nate!

Sintiendo como el ajeno interior se estrechaba, asi como las deliciosas mordidas, y su mano manchada de aquella deliciosa miel que le encantaba, con un par de embestidas más, terminó tambien corriendose en su interior, jadeante, deteniendose en un ritmo cada vez mas lento hasta quedarse quieto, dejandose caer al lado ajeno, pero sin salir de su interior.

- Pico... eres... muy bueno... me encantas... - Jadeó, mientras degustaba la deliciosa escencia q estaba esparcida en su mano.

Finalmente, con delicadeza, retiró la venda de los ojos de su hermoso rubio, pudiendo observar de nuevo aquellas esmeraldas en todo su esplendor. Le dió un ligero beso en cada ojo, dejandose caer de nuevo a su lado, y tomandole la cintura para acercarle a el.

- ¿Y? ¿Que tal? - Preguntó, con voz sensual, justo junto a su oido - ¿Te ha gustado? - Inquirió.

-Amnh, tu tambien lo eres, Nate.

Suspiró, haciendo esfuerzos por resprar. Se sentia como gelatina, pero tan satisfecho que no podía quejarse. Al abrir los ojos, tuvo que pestañear varias veces para ponerlos en foco y, al acurrucarse junto a su amado, le sonrio.

-Fue... fue increible -dijo al fin, abrazandole- Sentia como si mi pecho fuera a explotar, nunca me habia pasado. Eres increible, Nate.

- ¿De verdad? Porque todo es gracias a ti - le susurró con suavidad, besando su oido.

Disfrutaba de tenerlo tan cercano. Su calidez le consolaba, como si se tratara de un niño pequeño. Le acurrucaba entre sus brazos, disfrutando de tantas sensaciones que le se le hacían interminables, hasta que, finalmente, ambas respiraciones, la del rubio y la propia, se acompasaron al mismo ritmo.

- Pico... - Le susurró, con ternura - Te quiero... mucho... demasiado... - Le confesó - No quiero que Yuuko te separe de mi... Quedate conmigo - Pidió, abrazandole con mas fuerza contra si, aspirando el dulce aroma de sus cabellos.

Pico sonrió en medio de un sonrojo, apenandose por el comentario.

-¿Gracias a mi? -titubeo, abrazandole con más fuerza- ¿De veras? Yo... aah, no sé que decirte.

Escondió la cara en el pecho del mayor de la misma forma en que lo haría un niño pequeño hasta que su respiracion se volvio normal y, acurrucado contra Naste como si fuera su fuente de vida, escuchó todo lo que le dijo. Nate le quería y esta vez no estaban mintiendole porque de verdad deseaban sacarlo de la Okiya. Sintió como los ojos se le llenaban de lágrimas.

-¿Me quieres? -musitó, llorando ya sinndarse cuenta- Me lo han dicho tantas veces y resultó ser mentira... Y sin embargo, de tí se oye tan verdadero... Espere tanto a que alguien viniera a rescatarme...

Sendas lagrimas rodaron por sus mejillas, abrazando a la persona que había llegado a querer de verdad, por la cual se arriesgaría a salir de la Okiya.

-Me quedaré. Sólo prometeme que me querrás y me cuidarás siempre, prométeme que no me vas a lastimar nunca... Ni me dejaras solo como el resto.

Al ver las sendas lagrimas correr por sus mejillas, se enterneció enormemente. Le estrechó más contra sí, acariciandole el cabello, confortandole en silencio, sintiendo sus lagrimas caer finalmente sobre su hombro, cuesta abajo. Pobre Pico. Había vivido tiempos muy dificiles. Pero el se encargaria de ganarse su confianza, de mostrarle que valía la pena lo que hacía.

- No, nunca te dejare - Le aseguró - Ni te obligare a hacer nada que no quieras. Soy feliz si estas conmigo, te quiero, nunca haria nada para lastimarte... - Le aseguró.

Le separó un poco de su cuerpo, para limpiar sus lagrimas, y dedicarle su mas cariñosa sonrisa.

- No llores más - Pidió, suavemente - No hay motivos para hacerlo, no te abandonare como los demas, no tienes de que preocuparte...

Le dolia tanto la garganta que no pudo contestarle pero asintió con la cabeza, sonriendole dulcemente entre lagrimas. Tuvo que hacer un esfuerzo de voluntad para dejar de llorar -aunque todavia su cuerpo era sacudido por los hipidos- y se fregó las lagrimas con el brazo antes de arrojarse sobre Nate y abrazarle fuerte.

-Daisuki -le dijo, cual niño pequeño- Te quiero.

Enterro la cara en el hueco de su cuello, aspirando el aroma a perfume que destilaba su piel. _Era un aroma tan masculino que le encantaba y ahora podria aspirarlo siempre porque se quedaría ahi con él.

-Tendrás que mimarme muuuucho, y demostrarme cuanto me quieeeres, y abrazarme y hacerme cariños y cocinar porque no tengo idea de como se hace -enumeraba el menor, sonriendo como si no hubiera llorado, estirando las palabras de forma infantil. Estaba tan feliz que se echó a reir y se recosto sobre el pecho de Nate- Y darme porque todo quedo en mi cuarto de la Okiya =(

Haciendo pucheros, comenzo a hacer circulos en el pecho ajeno pensando en como se habian dado las cosas con su danna. No, ya no era su danna, ahora era...

-¿Que somos ahora, Nate?

Escuchó todas sus frasesillas infantiles, sonriendole cariñosamente, riendo ante algunas de ellas pero sin negarle ninguna. No podía negarle nada a su pequeño geisho después de todo. En cuanto le preguntó aquello, se detuvo a mirarle con seriedad, meditandolo un momento, y luego volviendo a sonreirle con galatenria mientras le estrechaba por la cintura.

- Pues... Cuando yo vivia, los llamabamos pareja... - Inquirió, con una risita.

De pronto, tuvo una feliz idea. Con suavidad se deshizo de los brazos de su geisho, para ponerse en pie y comenzar a buscar entre el estante, algo que habia recordado estaba allí. Finalmente, después de mucho sacar cosas, lo encontró. Era una pequeña y delgada cadena plateada con un dije en forma de corazon alado. Feliz, volvió junto al rubio, entregandoselo con una amplia sonrisa.

- Para que no olvides... - Dijo al entregarselo - que somos pareja n_n