Casa de Nate

El placer que le embargaba cubria sus sentidos, observando todo a través de una bruma imaginaria que no hacía más que excitarle. Al contemplar aquella vision del rubio tocandose tan provocativamente, no pudo sino sentir los escalofrios que aquello le provocaba, sintiendo su miembro palpitante que se endurecía.

- ahgnmm... Pico... - le tomó la mano, apartandola de su boca - N-no te reprimas... quiero oirte gemir... para mi...

Llegó hasta su miembro, el cual, tomando con una mano comenzó a masturbar a un ritmo rápido, dandole lametones a la punta y, habiendo bajado el prepucio, lo hacía con lentitud y malicia. Bien pronto abandonó aquellas acciones para ir a juguetear con sus glandes, succionandolos con fuera mientras su mano imponía ritmos mas violentos, dirigiendo su mirada hacia el rubio, excitandose cada vez más a la vista de aquellas expresiones.

- mghnmm...

-Ahh.. amh, pero... pero... Mmhg.

Pico, incapacitado ahora de reprimir los gemidos y jadeos entrecortados que escapaban de su boca, simplemente se dejó llevar y hacer por las manos electrizantes del mayor, esas manos que le hacian arder tocaran donde tocaran, y se dedicó a usar las propias para tocarse. Acarició su propio pecho, sus muslos, su estomago y los pezones, entrecerrando los ojos para sentirlo más... queria provocar a Nate, darle un espectaculo.

-Aamh, Nate... ¡Aah! -su cuerpo se movia lentamente, de forma lujuriosa, al compas de sus besos y lamidas, de sus caricias, ofreciendose en bandeja para que hicier ade él lo que quisiera- Nnhm

Cuando la mano del mayor apretó su virilidad, ya suplicante entre sus piernas, alzó las caderas hacias esas manos y esa boca que lo estaban enloqueciendo, gritando a lo alto mientras rasguñaba el sofa.

-¡Aaah, Nate! Aah, amh! Más... aah, más, por favor no... no te detengas, te lo ruego...

A pesar de las suplicas del rubio, tenía toda la intencion de obedecerle, pues la vision de aquel cuerpo excitado no hacía mas excitarlo a el mismo. Soltó los ajenos glandes, volviendo a juguetear con su miembro, metiendolo entero de una vez en su boca, comenzando a succionar con fuerza, disfrutando de los gemidos que le arrancaba a su garganta.

- mghnmmm....

Sus manos no se qudaban quietas, acariciando sus caderas y sus muslos con lascivia, encantado con la piel tersa y el cuerpo juvenil que se le ofrecia. Le encantaba que se mostarara con él tan sumiso, le enloquecía. Jugueteó con sus pezones, acariciandolos con su pulgar y cada palmo de peil que podía alcanzar con sus manos, rozando de vez en cuando las ajenas manos.

-Aah ¡Ahh! Mhg, Nate... aah, Nate.

Descontrolado, se mordía los labios constantemente más no podía controlar los gemids ni acallarlos. Tampoco le quedaba voluntad para hacerlo, sólo se dejaba hacer a deseo y voluntad de Nate, sumiso, gimiendo más alto conforme sus manos tocaban puntos sensibles de su cuerpo y su boca aumentaba el ritmo, haciendole ver las estrellas.

-¡Nate! -gritaba, alzando el pecho hacia las manos ajenas. Abrió las piernas, subiendolas a los hombros ajenos por instinto- Aaah, amgh... sí, sí... aah, Nate, más... Yo... quiero... mmhgm.

Cuando rozó sus manos, las tomó con fuerza y tironeó de ellas para que el otro alzara la vista. Agitado, rojo y cubierto de gotitas de sudor, se relamió los labios y estiró una de sus manos para acariciarle el rostro.

-Te quiero dentro.

La musica celestial que para él eran los gemidos ajenos, le impedían pensar en otra cosa que no fuera el deleite del acto carnal para el cual le preparaba, mientras succionaba el ajeno miembro con fuerza, mordisqueandolo a medias, sintiendo como se hinchaba cada vez más.

Cuando tocó su rostro con sus manos, le hizo levantar la vista, escuchando la peticion de aquel cuerpo perdido en placer, obedeciendole cual si se tratara de las mas puera y excitante vision. Se separó de su miembro, quitando con cuidado las ajenas piernas de sus hombros y acomodandolas en su cintura, mientras se posicionaba en la entrada del rubio, entrando de una sola vez en él, de una certera estocada que lo hacía morir en delirios.

- Ahhhmgnmm... Pico... - Echó la cabeza hacia atrás, soltando un audible gemido de placer al sentirse dentro de aquella aprisionante estrechez - estas... tan apretado... me encantas...

Sosteniendole de las caderas, comenzó a moverse en su interior, con un ritmo que gradualmente se hacía más intenso, buscando darle mas placer al rubio.

Al ingresar Nate en su interior, gimió profundamente y a lo alto, clavándole las uñas en la espalda como muestra del placer que sentía. Jadeando, lo apretó desde adentro con fuerza y comenzó a mover las caderas en circulos profundos que aumentaban de a ratos y se volvían a relentizar.

-Aamh... ¡Aahh! Nhg. Nate, amh, Nate... a-así, más... -gemía junto a su oído, lamiendoselo, abrazandole con brazos y piernas muy fuerte- M-más fuerte... quiero sentirte, en mí. Mmhg.

Cerró los ojos, incapaz ya de evitarlo, comenzó a dedicarle toda la atencion de su lengua y sus dientes a la oreja ajena. Acariciandole la espalda mientras tanto, le mordía el lobúlo del oído y metía su lengua dentro, queriendo provocarle, excitarlo. Gemía en sendos grititos y jadeaba entrecortado, llevando sus manos a los pezones ajenos mientras que, su boca, descendia hasta morderle el cuello.

-¡Amh! Nate... mhm, ah, motto... motto.

Continuó con desesperación con cada uno de los movimientos en el ajeno interior, deleitandose con cada movimiento y cada embestida, que a causa de los movimientos del menor rubio se hacía cada vez más profundas en intensas. Le aferró de las caderas, haciendole sentar a horcajadas sobre el, guiando sus movimientos con sus manos mientras dejaba escapar jadeos placenteros.

- mghnmm... ahgnmm.. asi... Pico... muevete mas.... mghnmm...

Suspiraba al sentir la boca del rubio torturando su oreja, sintiendo escalofrios, cuando bajó a su cuello, sintiendo como sus manos descendian a acariciar su cuerpo ya hirviente por el acto, enloqueciendole aún más de ser aquello posible, tratando de complacer a su rubio, sintiendo como hervia por dentro.

-¡Aah! Ammh, nhg, más... ahh, Nate, no pares, no...

Pico jadeaba contra la piel del cuello ajeno, mordiendo con sus dientes para dejarle marcas, succionando, lamiendole el sudor que escurría por su piel como si fuera un sabroso néctar mientras que sus caderas se movían más rápido, en circulos profundos, dándole tanto placer que gemía en cortos grititos.

-¡Nate! A-aah, ¡Agh! Mnh, motto onegaii... -sus manos descendieron a pellizcarle los pezones antes de que lo hiciera su propia boca, montandole a horcajadas para chuparselos, morderlos, mientras que se movía encima suyo y lo apretaba desde adentro- Mmgh!

Soltó un ronco gemido al sentir como le apretaba tan deliciosamente dentro de su palpitante estrechez. Enloquecía cada vez que terminaban en un momento como aquel, disfrutando cada roce, cada suspiro, cada beso con una intensidad que nunca hubiera creido posible.

- mghnmmm... ahgnm... asi... Pico, asi.... mghnmm...

Sus manos acariciaban su cadera, su torso, deteniendose a juguetear con sus pezones, para luego bajar de nuevo, aumentando el ritmo de las embestidas, bajando a acariciar sus gluteos, apretandolos en sus manos, mientras sentía que cada vez estaba mas cerca de aquel punto, que le hacía enloquecer, sintiendo como el miembro el menor se frotaba entre sus cuerpos.

- mghnmmm... Pico... - Gemia el nombre del rubio, mientras sentía sus deliciosas torturas, delirando, sintiendo su aliento que rozaba contra su piel.

-Nate... Nate...Ammh.

Pico gemía contra él, besando su pecho, mamando de sus pezones con saña mientras que cerraba los ojos y se dejaba llevar por el placer de las emberstidas y esas caricias sumamente deliciosas que le hacían perder la razon.

Podria estar así todo el día,. con Nate dentro suyo, Nate besandole, Nate tocándole. Valía la pena estar muerto si podia estar con la persona amada y disfrutarlo así. Comenzó a lamerle todo el pecho cuando, en medio de un movimiento, el sexo del mayor tocó ése puntoe special y le hizo arquear la espalda, estrechandose más con Nate dentro suyo.

-¡Aah, Nate! -gritó a viva voz, moviendose más rapido. Miraba al diseñador con los ojos semicerrados desde donde estaba, relamiendose la boca- Aah, amnh, es tan bueno...

- Si... mucho muy bueno.... mghnmmm...

Soltó varios jadeos a la par que le embestía, sintiendo la deliciosa estrechez de ese punto en particular dentro del cuerpo del rubio que lo ponía a delirar a él y a su pequeño amante. Su cuerpo se estremecía ante el contacto de ambas pieles hirvientes, sintiendo como las acciones que el rubio realizaba en su persona no hacía más que alterar todos sus sentidos.

- Pico... estas... tan... deliciosamente estrecho... mghnmm...

Sintiendo la lengua del menor sobre su piel humeda y caliente, solo se sentía excitar más, disfrutando del vaiven ritmico de sus cuerpos que cada vez se movían con una intensidad más demandante, apretando entre ambos cuerpos el ajeno miembro, mientras sus manos, que apretaban los ajenos gluteos, se desplazaban por todo su torso y cintura, acariciandole el cuerpo y el vientre. No había nada mejor que aquella sensación.

-A-aahh... ¡Ahh! N-nate, es que tú... tu me pones así.

Pico gemía con los ojos cerrados, echando la cabeza hacia atrás mientras se dejaba a las caricias del mayor y a aquellas embestidas que le hacían gritar cada vez más alto. Termino por echarse sobre Nate, fregandose contra su cuerpo mientras meneaba las caderas al ritmo del mayor y lamía el sudor de su cuerpo con la punta de la lengua en medio de ese bamboleo furioso que ambos llevaban.

Iba cerrando los ojos conforme las sensaciones se volvían más fuertes, paseando sus manos por el pecho de Nate, rasguñandole los costados y tratando de abrazarlo para sentirlo cerca. Sus grititos de placer aumentaban con cada embestida, hasta que finalmente el goce pudo con él y su cuerpo comenzó a sacudirse.

-¡Aahh! Mghm, Nate yo... n-no aguanto, me vengo.. ¡Ahm!

No le importó que el rubio se echara encima suyo, es más, aquello le gustaba, ya que le permitía sentir el cuerpo ajeno aún mas cerca, de ser aquello posible, sintiendo como sus respiraciones agitadas casi se fundían en una, a la par que le embestía deliciosamente, sosteniendole de las caderas con fuerza mientras sus gemidos aumentaban de volumen.

- Ahhh... Pico... mghnmmm...

Ahogaba los gemidos cada vez que el rubio arañaba alguna parte de su anatomía, pues aquello no hacía más que excitarle. Sintió los espasmos que atravesaban el ajeno cuerpo, advirtiendole la llegada de su orgasmo, acariciandole entonces todo el cuerpo sin dejar de embestirles, y aumentando un poco la intensidad de las mismas, deseando hacer llegar al rubio al clímax en un mar de sensaciones intensamente placenteras, tal y como la que él le proporcionaba.