Casa/Boutique "Rhione Mouika"

Parecía que definitivamente era el único vestido de esa noche, necesitaba distraerme en alguna otra cosa, pero no pude pensar en que, así que, decidí no poner el letrero de “cerrado”, para así poder ver quién era la última persona gentil que decidiera visitarme.

Fui rápido por mi vestido rojo, de escote grande, con holanes alrededor de donde comienza este, ponía al descubierto mayoritario mis senos, también me puse un corset negro algo ajustado por encima de mi vestimenta roja, zapatillas carmesíes y mi fiel cabello negro.

Me coloque detrás del pequeño mostrador, sentándome en una silla, crucé mis piernas, haciendo que estas se descubrieran un poco mas de lo normal, tomé mi espejo y aplique gloss rojo con olor a manzana en mis labios.

Ahora si, solo quedaba esperar...

La joven se encontraba totalmente idiota.
No sabía donde estaba, quién era, que le pasaría. Se encontró ante la entrada de lo que aparentemente era un negocio.
Yuriko levantó la mano algo dudosa, mientras que su otro mano se acercaba algo confusa y sutil hacia su rostro, tal vez fué algo muy idiota, pero entró al negocio aún sin saber que pasaría allí o que se vendía.
Bajó la cabeza un poco y camino hasta el mostrador, observó a la joven y no pudo evitar sonrrojarse... Miles de recuerdos se vinieron a su mente y le confundían, un padre que se iba, una casa muy elegante con suaves adornos por doquier, el exquisito arte plasmado en un imponente cuadro de una joven y bella mujer junto a una niña... Fué solo eso, todo esto en tan solo un segundo, Yuriko no volvió a levantar la vista sintiendo, se desvanecería, pero una parte de ella se negaba ante tal acto.
Solo pudo apoyar una mano en la mesa y con un dolor terrible en su cabeza se quedó totalmente callada y avergonzada.

Fue la primera vez, que una persona arrivaba a mi casa en cuanto yo pensara que necesitaba ver a alguien. Esta vez era una chica, vaya que si era linda, se coloco del otro lado del mostrador, parecia algo confundida y con una mirada baja, le incomodaba algo, de eso estaba segura. Me levante lentamente y me recargue de frente, poniendo mi busto tocando el mostrador y baje un poco mi rostro.

-¿Que te sucede niña? ¿a caso no vienes con una idea fija de que vestido elegir?-

Tomé su barbilla para que su rostro estuviera hacia mi, la aleje un poco y vi su atuendo, era algo extraño comparado a los diseños que creaba, le dí una sonrisa y me pase del otro lado del mostrador.

-Bueno niña, tal vez necesites que te de consejos de vestir, vaya! que necesitas-

Fui discimuladamente hacia la puerta y coloque el letrero "cerrado", regrese hasta la niña, la tome de la mano y la lleve hasta los provadores de atras.

-Vamos pequeña, ya se que atuendo es perfecto para ti- ...

Yuriko simplemente no entendía lo que ocurría, tantos recuerdos, tantas emociones en tan solo un parpadear, se dejó conducir por la joven siendo llevada hacia un provador, el mareo la molestaba ciertamente y sin dejar de tomar su cabeza la joven intentó subir la mirada, pero sentía que ni siquiera podía mantenerse en pie y que su cuerpo pesaba demaciado.
Me siento confundida señorita...-dijo casi en un susurro mientras su mirada se perdía hacia las hermosas y esbeltas piernas de la mujer frente a ella.

Llegamos hasta el provador, sentía a la chica algo distraida y sus gestos algo pesados, logré escuchar sus susurros, y dentro del provador, la sente en un banquilla. Me puse agachada y poniendo las manos de la chica en sus propias piernas le dije pasando mi mano por su frente.

-Estas algo extraña, se nota que estas muy confundida...¿que te paso?-

Coloque mis manos cerca de mis piernas, aun con mi posicion algo agachada, le mire esperando su respuesta...

Yuriko dió un pequeño salto sintiendo como la joven colocaba sus manos en sus hermosas y suaves piernas, la textura de sus piernas era embriagante, suave y acariciable. Pero de una forma u otra no podía permitirse ser llevada por la traicionera mano de la lujuria y mucho menos en una situación así, como era común de ella pensar no podía hacer lo que su cuerpo le dijera, tan solo lo que su corazón deseara. Pero entre tantas idas y vueltas de sentimientos lo único que lograba la situación era confundirla más y más.
Quitó rápida y sutilmente las manos de la pierna de la joven levantando con total dificultad la vista hacia el rostro de ella... Quedó totalmente amaravillada con su belleza, su cabello largo y negro como la oscuridad misma caía por sus elegantes hombros y parte por su espalda, su rostro era fino, esvelto y noble, tanto como su mirada, aunque pacífica, penetrante, sus ojos carmesíes parecían penetrarla y sus labios aparentaban ser tan dulces como una manzana jugosa. Abruptamente Yuriko comenzó a mover su rostro de un lado a otro intentando permanecer en calma, no podía permitirse dejarse llevar ni nada y no era momento para pensamientos impuros-No sé que me paso... Ni quién soy... Simplemente no sé nada...-dijo con el rostro hacia el costado derecho.

Note algo en su mirada, algo que se dirigia a mi, eso me agrado un poco, lo que estaba en discucion era el cómo quitarle su confusion, no podia botarla de mi casa asi como asi, tal vez le pasaria algo u otras se la llevarian dejandome en la burla.

Sali del provador y traje una vaso con agua, se lo ofrecí.

-Oye, no me incomoda que te quedes a descansar un poco aqui, hay una habitacion disponible al lado de la mia-

le acaricie el cabello mientras le daba el agua...

Yuriko observó como la majestuosa joven se marchaba del provador, su cabeza comenzaba a pensar cualquier cosa, no sabría que pasaría en ese momento y todo se volvía confuzo.
Despues de unos breves minutos la joven volvió con un vaso de agua ofreciéndoselo a Yuriko, está aceptó con entusiasmo y lo tomó con desesperación.
La pequeña escuchó el ofrecimiento de la dama y asintió entendiendo que no tenía otra alternativa, pero aún la idea le molestaba, y bastante, se sentía una carga, despues de todo, una dama tan bella de seguro debía tener mucha mejor compañia que la de una niñita que no sabe nada de sí como ella.
Yuriko intentó pararse, pero calló al instante, se tomó de su parte trasera algo adolorída y con suma dificultad pudo volver a sentarse en la silla ruborisándose por la situación

Ví el tambaleo y la caida de la chica, se reincorporo en la silla.

-Oye chica, es mejor que no te precipites, anda, es mejor que ya descanses, te llevo a la habitacion-

Hice a un lado el vaso, y cargue a la chica, no era pesada, asi que eso me convino para hacer mis pasos mas rapidos.

Habia dejado la habitacion abierta, asi que no tuve inconveniente en bajar a la chica, me dirigí hasta la cama y la sente suavemente.

-Aun sigues mareada mi niña?-...

Yuriko sintió como era cargada por la dama, no opuso resistencia, mientras era llevaba observaba totalmente curiosa la casa, era muy elegante y limpia para su asombro.
Cerró los ojos, pasado un minuto la dama la colocó suavemente en una reconfortable cama.
Si... Disculpeme por las molestias-dijo bajando la mirada un poco triste.
La confusión parecía no querer irse, pero ahora en lo único que pensaba Yuriko era en que no quería estar sola, cada rincón de la casa, aunque elegante, le generaba cierta inseguridad, el no saber bien donde estaba y el desconocimiento de todo no hacían más que aumentar el nerviosismo y ponerla más y más triste. Aunque quería agradecerle a la hermosa joven por toda su bondad, se sentía incapacitada de hacerlo, buscaba en su cabeza las palabras adecuadas, pero estar parecían escapar de ella e irse para cualquier lado, provocando que la joven volviera a bajar la cabeza y comenzara a quedarse con una duda... Como agradecerle apropiadamente.

-Niña, no es ninguna molestia, al contrario, es bueno poder ayudarte mientras te encuentras un poco extraña-

Decidi salir de la habitacion, pues la chica parecia aun confusa.

-Estare en mi habitacion, esta aqui al lado, por si necesitas algo-

Deje un lampara que aluzaba tenuemente, y salí...

Yuriko no supo muy bien que hacer, al irse la joven ella entro en pánico, un pánico totalmente silencioso, odiaba quedarse sola y la casi oscuridad la aterrorizaba.
No sabía que hacer, si gritar o quedarse allí, no podía hacer nada en contra de la joven, y no deseaba que volviese, no era justo para la dama tener tantas molestias por ella y el haberle permitido permanecer en su casa fué tan amable.
Yuriko que era presa del pánico no supo que hacer, pero aún en contra de su voluntad se tapó con las sabanas. Pequeños gemidos salian de entre sus labios, aunque intentara detenerlos, era totalmente inutil

Al haber salido de la habitacion, se dio cuenta de algunos ruidos que provenian de su espalda, si, era la chica, se volteo y abrio de nuevo la puerta, se dirigio hacia el bulto que estaba tembloroso tapandose con la sabana, se sento junto a ella.

-Hey niña, ¿te encuentras bien?-

Toco lo que parecia era su cabeza...

Me.. me da miedo dormir sola...-dijo cubriendose más con las sabanas.

Puse una leve sonrisa en mi cara, destapé a la niña y la cargue para que pudiera hacerme un espacio en la cama.

-Bueno, y ¿por que no lo habias dicho antes?-

Acaricie la mejilla de la menor y la recoste en la almohada contigua, subi mis pies a la cama, pero yo seguia en mi posicion sentada.

-Anda ya, es mejor que duermas-

Me quedé viendola, jugueteando suavemente con un mechon de su cabello...

Yuriko pudo ver como la dama tomaba asiento en la cama como si nada, lo cual le impresionó bastante, como sería que esa bella joven podría estar tan tranquila ante tal situación.
No quiso pensar mucho, puesto, era demaciada aventura para un día.
Aunque ya lo había pensado mucho... No pudo resistirse y se acosto en las suaves piernas de la joven mientras dejaba salir un leve bostezo. Cerró los ojos con un poco de dificultad, pero pasados 10 minutos, la joven seguía sin poder dormir, se sentó en la cama y observo a la dama-No puedo dormir nyaa -dijo algo enojada con sí misma.
Tenía la vista fija en las piernas de la joven.. Simplemente no podía dejar de mirarlas, pero una idea paso por su mente... ¿Que pasaría si la joven estaba viendo lo que hacia?. De igual manera, no podía dejarse llevar así, giró la cabeza abruptamente hacia un costado y se quedó divagando.

Era una niña excepcional, mire sus echadas de vistazos a mis piernas, y decidí volver a recostarla sobre estas. Le comence a acariciar la cabeza, quitando algunos mechones de su rostro, rozaba su frente y sus mejillas, al igual, mi otra mano rozaba sus brazos.

-Me quedare aqui hasta logres haberte dormido...¿ok?-

Coloque la sabana sobre su cuerpo y continue con mis roces...

Yuriko sintió como era colocada de nuevo en las piernas de la joven, pero a pesar de que pasaban los minutos Yuriko seguía sintiendose exausta pero sin poder dormir, no podía evitar sentirse tan tensa y no lograba conciliar el sueño, a pesar de las caricias de la dama simplemente no podia-El sueño no viene nya ;w;

Escuche su cometario, me limite a dar una sonrisa y le dije:

-Bueno, si no te llega el sueño, no importa, no me movere de aqui...-

Pase mi mano por detras de su oreja y le acaricie suave, acomodando un poco mas mis piernas para darle mas confort a la pequeña niña.

-Dime hermosa...¿cual es tu nombre?-...

Yuriko sintió el leve movimiento de la joven, lo cual la hacia sentir más cómoda.
Yo.. Me llamo Yuriko señorita...-dijo mirando hacia un costado algo sonrrojada, y llevandose un puño cerrado a los labios...
U... Usted es muy hermosa...-dijo casi en un susurro mientras jugaba con sus propios dedos e intentaba no sonrrojarse.

Tome la mano con la que intentaba evitar casi su voz.

-Eres muy amable niña, tu tambien eres muy linda-

Tomo ahora las dos manos de la pequeña y las acomodo, luego le rozo la mejilla, despues el cuello.

-Me gustaria que estuvieras un tiempo conmigo, me harias una especial compañia-

Eso me encantaría desu ^^ Aunque debería bañarme x.x-dijo mientras se olfateaba el pelo y lo observaba.
Pero aunque quisiera bañarse, no tenía la fuerza como para sostenerse, lo cual dificultaba todo.. Pero ese olor a polvo, no lo soportaba realmente.

-Me parece que no podras soportar ni un segundo sostenerte tu sola de pie-

Salí de la habitacion y busque de entre mi armario, y por suerte encontre una bata para baño casi del tamaño de Yuriko, regresé y la puse sobre la cama.

-Puedes cambiarte tu sola...o necesitaras ayuda?-

Le dije mientras me sentaba a la orilla de la cama, viendola...

Yuriko intentó bajar de la cama, no quería causar más molestias a la joven, una vez abajó dió un paso, pero sus pies que parecían, no caminar hace rato, se enredaron y le hicieron caer.
Me... Me dolió X_X-dijo sobandose el trasero e intentando alcanzar la bata.
Pero antes de que pudiera llegar calló repentinamente. Era como si su cuerpo estuviera totalmente debil, no tenia ni fuerza.. ni reflejos...
Yuriko se auto conmpadeció, pensando, que era como una muñeca rota.

Dí una risa un poco chusca y despues callé.

-Definitivamente necesitas mi ayuda niña-

La cargue hasta la cama, y comence quitandole el calzado, despues, desabroche de la parte de atras aquello que parecia un vestido, lo saque con suavidad, dejandole en interiores.

-Tranquila hermosa, estaras bien-

Le di la vuelta y le quite su pequeño sosten, despues me pase a su pantaleta y la baje, haciendo movimientos de sus pies, para que estos salieran. Tome la bata y se la coloque...