Casa de Pico

Una linda casita muy sencilla. Solo tenia comedor, su cuarto que era grande, la cocina pese a que no la usaba y el baño.

No necesitaba mas.

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Al llegar a la casa del rubio, abrió la puerta gracias a las llaves que tenía en las manos. No necesitó demasiadas miradas para saber donde se encontraba la habitación, y, llegando hasta ella, dejó al rubio depositado comodamente en el colchon, para luego salir a hablar con Ariel.

- Todo esta en orden, no te preocupes, me quedaré aquie con el - Aseguró - Aunque aun no entiendo porque no me dejas encargarme de esto, pero bueno... Dejare que tomes las riendas del asunto - Bufó, aunque visiblemente incomodo.

Se dejó caer, de brazos cruzados en el sillon, aunque su expresion se notaba ya mas serena.

-¿Estas seguro?

Musito, todavia pensando en el pequeño. Suspiro cuando aun Nate seguia recriminandole lo del atacante de Pico... El hombre estaba preso en su casa, de la cual, gracias a un hechizo, no podia salir si bien cualquiera podria entrar. Quizas Nate se sintiera más contento cuando pudiera castigar a ese hombre... asique, viendo una pequeña lapicera en la mesa, tomo la mano del modisto y le escribio una direccion en ella.

-En ese lugar hay un hombre muy cruel que lastimo a un niño -le explico, mirandole- Mañana recibira la pena capital pero hasta entonces esta condenado a permanecer encerrado en su casa, de la cual no puede escapar. pero cualquier persona puede entrar. Si vas antes de las doce puedes verlo sin que los guardias se acerquen... Pero yo no te he dicho nada.

Se inclino a besarle la frente y luego le dio la espalda, caminando hasta la puerta.

-Vendre en la noche a ver como esta pico. No te olvides del medicamento y los vendajes, ¿si? Cuidense.

Y entonces se retiro, saludandole con la mano. Habia hecho algo que no debia pero... En ese momento, eso no importaba.

Se sorprendió ante la accion de Ariel, leyendo luego en su mano la indicada dirección. Volteó a ver el reloj mientras escuchaba su explicacion. A penas eran las 8. Tenía aun 4 horas para decidir que haría. Soltó un suspiro, despidiendole distraidamente con la mano que no tenía nada, mientras aun observaba la dirección. ¿Iría o no? Lógicamente quería vengarse, pero no quería dejar al rubio solo. Soltó un suspiro. Aún tenía tiempo para decidirlo.

Llegó hasta la pequeña y comoda habitación, encontrando al rubio acurrucado en la pequeña cama. Acarició sus cabellos con suavidad, observando su expresion inocente. Soltó un suspiro, mientras tomaba el unguento que Ariel le había dejado, comenzando a aplicarselo cuidadosamente en todas las heridas.

Pico seguía dormido, atontado por el medicamento y todas las emociones de aquel día mientras sentia el aroma de su danna en el cuerpo mezclado con el olor a vainilla de las sabanas de su cama, a las cuales no visitaba en meses por haber dormido en la Okiya.

A veces las heridas le palpitaban por el proceso de recuperacion, pero no por eso dejaba de dormir. Sin embargo,cuando sintio algo frio en donde le dolia haciendo que le relajara. Entreabrio apenas los ojos, medio despertando, y se encontro con el rostro de su danna al que le sonrió pese a que le sangró el labio.

-Nate... -musito, pestañeando un poco- Te quedaste.

- Por supuesto - Dijo, esbozandole una sonrisa - Te dije que lo haria, ¿No es verdad? n_n

Continuó aplicandole el frio unguento sobre las heridas que tenía visibles, sin despojarle de lo pco de ropa que tria puesto. No quería hacer friccion sobre la piel y lastimarlo, asi que, por los momentos, le dejó asi. Se inclinó a besar su frente suavemene, y luego limpio la sangre de su labio.

- ¿Como te sientes? ¿Aun muy mal? - Preguntó, con expresion preocupada.

-Síp, lo dijiste ^__^

Devolviendole la sonrisa, se acomodo mejor para que pudiera apicarle el unguento. era mejor que lo hiciera, porque le relajaba muchisimo y ayudaba a no sentir dolor.

-Estoy mejor -respondio- Me duele un poquito, pero eso que me pones hace que no sienta nada de nada y... -de golpe, se cruzo con un espejo de noche de la mesita de luz, viendo su reflejo- ¿Puedes quitar eso, Nate?

Le continuó aplicando el unguento mientras se acomodaba mejor entre las sabanas suaves con olor a vainilla. Volteó en cuanto el otro le señaló algo, notando el espejo. El pequeño rubio lo menos que querría en esos momentos sería ver su reflejo. Especialmente despues de uqe se había llamado a si mismo, muñeca rota. Paresuradamente volteó el espejo, impidiendo que siguiera viendo el reflejo, y, aprovechó ael momento para cubrir toda superficie reflejante. Luego, volvió a su lado.

- Lo siento, l olvidé - Confesó - Pero no te preocupes mi pequeño, estoy seguro de que pronto mejoraras, solo debes descansar mucho - Comentó.

Continuó aplicando el unguento, acariciando la hermosa piel mancillada de su precioso rubio, y maldiciendo interiormente al que le había hecho aquello. En esos momentos, comenzaba a pensar que su venganza pesaba más, sin embargo, no quería dejar al rubio solo, por lo que se contuvo.

- ¿Tienes hambre? - Preguntó, cariñoso - ¿Que quieres comer? n_n - Le preguntó con suavidad.

-Esta bien, no te asustes.

Le dijo, viendo como cubria todo. No quería ver su reflejo en nada, bastante tenía con la mirada de Nate. El unguento ayudaba, le relajaba y le daba más sueño, además de que no sentía dolor. Eso era bueno.

Nego la cabezan cuando le dijo que si quería comer, pero no tenia hambre... Sólo sueño. Mucho sueño.

-Sí, pronto mejoraré -dijo, quedandose quietecito para que le aplicaran todo hasta que terminó- ya me paso antes, es cuestion de tiempo. Mmmh... Nate, tengo mucho sueño... mucho sueño.

Con los ojos cerrados, se arrebujo contra su danna en busca de calor y contención. Era la primera vez que tenía a alguien que lo abazara cuando cosas como esas pasaban.

-Abrazame hasta que me duerma de nuevo, ¿si? Por favor.

Luego que terminó de aplicarle el unguento, se quedó recostado en su cama, mirando las formas del techo de manera distraida, aspirando el aroma a vainilla en las sabanas hasta que el rubio se arrebujó contra el, buscando consuelo. Le rodeó con sus brazos suavemente, como si estuviera acunandolo.

- Claro que si, mi pequeño angelito - Repuso suavemente, dandole un beso en la sien - Duerme tranquilo que yo velaré tus sueños...

Comenzó a tararear una suave canción de cuna al oido para que se relajara y pudiera dormir con tranquilidad. Ojalá y no tuviera pesadillas, porque de seguro, segurían del reciente suseso. En ese momento deseó destruir el mundo y quedarse solo con su rubio, para que nada pudiera volverlo a lastimar.

-Arigato...

Farfullo pico, abrazandole como podia mientras se dejaba ir a los brazos de morfeo entre esa nana que lo consolaba, sonriendo debilmente entre sueños. Con sus dos manitos tomo una de las de Nate, apretandolas con fuerza.

-Daisuki

Le dijo, antes de dormirse como un niño inocente. Si Nate estaba cerca no debia tener miedo, él lo cuidaría y lo protejeria, incluso su mano alejaria los malos sueños. De eso estaba seguro.

Sonrió levemente sin dejar de tararear la melodia, observando como el otro se quedaba dormido poco a poco, como un niño inocente, disfrutando de sus mimos y sus arrullos. Cuando sintió como las manos ajenas tomaban una de las suyas, no pudo evitar entrelazar los dedos de la que al frente tenía, besando el dorso de ambas manos.

- Descansa... - Le susurró.

Se quedaría allí con el porque tenía miedo de que, moviendose, le despertara. Necesitaba dormir, y, al parecer, tal vez también seria bueno aprovechar ese tiempo, considerando que no podría pararsede allí, asi que, cerrandolo los ojos, se acomodó junto con Pico, intentando dormirse.

Pico dormia placidamente, suspirando cada ciertos minutos. Estaba muerto de cansansio, sentía el cuerpo pesado como si estuviera hecho de plomo y, gracias al unguento milagroso, nada le dolía... salvo el orgullo, pero no importaba, Nate se lo estaba curando de a poco.

En sueños se arrebujo más a Nate, durmiendo sin soñar absolutamente nada, hasta permanecer planchado en la cama como un tronco sin siquiera poderse despertar.

-Nate... -murmuraba a veces.

Al sentir arrebujarse mas contra el en busca de calor, se sonrió levemente escuchando su nombre de los labios ajenos. Se inclinó sobre el, depositando un beso muy suave en su sien, antes de dejarse caer de nuevo sobre la almohada. No había sido un día demasiado agotador, pero lo sucedido con el rubio lo ponía de los nervios.

Sin embargo, a diferencia del otro, el no podía dormir tranquilo. Soñaba con una silueta que perseguia a su pequeño geisho, le acorralaba contra un callejon y le violaba hasta saciarse. Se depertó, sobresaltado, sudando frio. Se pasó una mano por la frente, observando al rubio durmiendo tranquilamente. No podía quedarse ahi.

- Lo siento Pico... - Susurró casi inaudiblemente, dandole un beso en la mejilla.

Luego de eso, se desembarazó de él con delicadeza, antes de tomar el saco que antes traiay salir en busca de la dirección que Ariel le había escrito en la mano.

Por su parte, Pico seguía durmiendo a piernasuelta ayudado del unguento. su cuerpo iba sanando lentamente, demasiado porque era la primera vez que era herido de esa forma en wonderland. La piel se regeneraba muy de a poco, sin salirse todavía las marcas.

Sintio el besó de Nate en sueños, sonriendo levemente ante este. Al cabo de un tiempo que pareció una eternidad, abrio los ojos, medio ido por el efecto de la droga.

Nate no estaba en ningún lado, y eso le asustó un poco, pero lo primero que se le ocurrió es que fue a cerrar la tienda, ya que habuia quedado abierta de par en par, o tal vez fue a pedirle a Ariel mas crema. Se rascó la cabeza y decidió ir al baño a darse una ducha ligera que le quemó en las heridas antes de volver a recostarse, esperando a Nate mientras intentaba no dormirse.

Al cabo de una hora regresó. No estaba magullado... Bueno, no demasiado. Solo tenía una herida en un costado y algo doblado un tobillo pero, para el tipo de pelea, se encontraba bastante bien. Sus ojso aun refulgian, furiosos. Dejó la gabardina sobre el sofá de nuevo y fue a asomarse para ver si el rubio seguía dormido, econtrandolo despierto, recomponiendo rápidamente sus facciones para que no se preocupara.

- Al fin despertaste - Comentó, alegre - lamento si te preocupe, solo fui a atender algunos asuntos - Le aseguró, con una sonrisa forzada. Se sentó sobre la esquina de la cama, ocultando su expresion de dolor del rubio, y rogando por que lo del costado no fuera una herida grave que sangrara.

Al escuchar el ruido de la puerta, se tensó medio segundo antes de reconocer los pasos de Nate. Suspiró contra la cama y permaneció dormido boca arriba para recibirle con una gran sonrisa cuando entrara.

-Hai -respondió a su pregunta, sonriendo más gracias a su alegría- Esta bien, pensé que sería algo así. Despues de todo, Nate es un hombre adulto y tiene sus cosas. ¿sabes? Creo que me estoy recomponiendo... Nunca me pasó antes, se siente raro. Y duele un poquito -agregó, haciendo una leve mueca.

Se snetó sobre la cama con cierto esfuerzo y fue a darle un beso en las mejillas, notándolo algo palido.

-¿Te sientes mal, Nate? -le preguntó con voz calma y algo preocupada, al tiempo que su labo partido sanaba frente a los ojos ajenos- Si es por mi causa o hice algo , lo siento mucho.

- No, no es tu culpa, no te preocupes - Exclamó, intentando no alterar la expresion de su rostro que, aparentemente, permanecía más calma de lo que había pensado.

Se dejó caer sobre la cama por un momento, cerrando los ojos, soltandose el costado para que el rubio no situara en el toda su atención, acercandolo por la cintura hasta apoyarlo en su pecho, con la respiración agitada por el dolor de la herida.

- ¿Te molesta si dormimos de nuevo? - Preguntó, observandole - Creo que... me hace falta un descanso - Dijo, conteniendo una mueca de dolor, sintiendo como la herida se abria mas a la medida que su cuerpo se movía. Si seguía asi, pronto comenzaria a sangrar.

Pico sonrió, contento de que no fuera su culpa y asintió. Se recostó sobre su pecho tratando de no pesarle demasiado.

Nate se veía tan cansado, y él temia ser una carga. Por lo cual le besó en la mejilla y se echo a dormir, que bastante falta le hacía.

-Buenas noches, Nate -le dijo, aunque aún era de dé día.

- Buenas noches - Dijo, cerrando los ojos.

Realmente estaba agotado, pero no podía echarse a dormir sin haberse curado la herida así que, cuando se aseguró de que realmente el otro estuviera dormido, fue que le dejó, sentandose entonces en el borde de la cama para quitarse la camisa y observar la herida en su costado. No era muy grande y a penas sangraba, pero parecía ser algo profunda, por lo que se fué al baño a curarla, aplicandose mucho alcohol, ahogando los quejidos que de seguro hubieran despertado al rubio.

Finalmente, se aplicó un poco del unguento que antes había echado al joven rubio para calmar el dolor, y se cubrió el torso con una venda, presionando dolorosamente la piel lastimada, a fin de que esta sanara más rápido. Y asi, recostado en pantalones, sin la camisa, solo con un par de vendas en el torso, se dejó caer sobre la cama junto al rubio, durmiendo como una piedra en cuanto sintió las suaves sabanas.

Las horas pasaban rápido gracias al sueño y el sopor del unguento, que le dejaba relajado y anestesiado como una droga. Así dormido no recordaba nada y no se preguntaba nada, limitandose unicamente a descansar, recomponerse y gozar del calorcito ajeno.

Pero, al despertar y sentarse en la cama, las cosas cambiaban. Se pregutnaba cuanto tiempo tardarían en irse por completo las heridas y magullones, especialmente las cicatrizes que Ariel juró que desaparecerían. Se preguntaba si le seguiria doliendo el cuerpo un tiempo más... y al mirar a Nate se preguntó de donde habia salido esa herida en su torso.

-¿Nate?

Él le habia cuidado, asique se levanto, se puso una bata y fue a la cocina a preparar algo de comer para los dos aunque los huesos kle crujieran a horrores. Cuando enos, al verse en el reflejo de las caserolas, su cara volvia a ser perfecta.

Continuó durmiendo por mucho tiempo mas, sin despertarse siquiera, sumido en un vacío sin sueños. Aparentemente el unguento de Ariel le ayudaba bastante. Finalmente, peresozo se levantó cuando, al estirar la mano, no sintió señales del rubio en la cama. Se echó encima la camisa sin siquiera abotonarla, y, cuando se puso en pie, soltó un quejido de dolor. Había olvidado el tobillo. Mas tarde se ocuparía de él. Casi cojeando salió del cuarto, hasta escuchar los ruidos en la cocina. Se asomó, y se alivió al ver al rubio mas tranquilo. Todo lo silenciosamente que pudo, se le caercó por la espalda, hasta rodearle la cintura con los brazos y pegar su espalda a su pecho.

- Veo que ya te sientes mejor - inquirió, observandole - ¿Aun te escocen la heridas? Si quieres puedo intentar cocinar yo - Sugirió.

Intentaba no apoyar demasiado el pie que le molestaba, mientras observaba su expresión, ya mucho mejor si el labio roto y la ceja. Su rostro volvía a ser perfecto y adorable.

Cuando sintió los brazos rodearle, tembló un instante temiendo estar soñando y que su cliente hubiera ido a perseguirle pero cuando escucho la voz de Nate.

-E-estoy haciendo curry -le respondio, mirandole con una sonrisa- ¿que te ocurrio en el pecho? Ah, graciass... no, ya no me escuesen ^^ pero me duelen un poco los musculos.

- ¿Te duelen? Entonces luego tendre que darte un masaje - Ofreció, con picardía, mientras hundia su nariz entresus cabellos - ¿Esto? - Dijo, refiriendose a la herida - Es un razguño, no te preocupes estoy bien n_n - Le aseguró.

Le continuó arrullando entre sus brazos, observandole cocinar muy decidido y, de vez en cuando, dandole sutiles besos en las hebras doradas. No quería que se preocupara, ademàs de que tampoco queria que se enterara la causa de ese razguño. Como había dicho Ariel, tal vez si se enteraba, se decepcionaría de él y eso, en el fondo, le preocupaba.

-¿Masaje? -pregunto sin entender, revolviendo el contenido de la cacerola con energía. Tranquilizado al escuchar que era solo un rasguño, ladeo la cabeza y le beso en la boca con cariño, como para hacerle saber que estaba bien- LO que quieras, Na-chan.

Cada tanto cerraba los ojos al ser arrullado, cuando recivía sus besos sonreia y movia la cabeza porque le deban cosquillas pero los correspondia con caricias a sus manos. Ya que el curry estaba terminado, lo sacó del fuego y lo sirvió, tratando de que todo se viera apetecible en la presentación.

-Esto es lo unico que sé cocinar -explicó, sirviendo lo mas impecable q fue capaz- Espero que te guste. No lo hice picante porque no sabia si te gustaba así ^___^