- Se dice "ángel"... Y si, te ves adorable vestido así - Exclamó, viéndole dar una vuelta - No puedo mentirte cuando te ves tan lindo, así que si quieres puedes quedarte con el traje... Pero con la misma condición del vestido verde... - Añadió, travieso.
Recogió del suelo con cuidado las plumas de las alas que se habían caído, recordándose mentalmente que debía revisar el traje más tarde para que no fueran a caersele el resto de las plumas. Al oír lo del gato, sonrió disimuladamente antes de alzarse de nueva cuenta.
- No creo que haya un traje que te quede mejor que ese, pero si quieres probar, pues adelante... - Le animó, sonriente.