-¿Mh? -Mad estaba actuando muy, muy raro. Por lo que se acercó más y termino por sentarse al borde de la tina, acariciandole el cabello- Hablas raro, amor. ¿te quedaste dormido en la tina?
Obviamente, no se imaginaba nada raro. Le sonrió tiernamente y se inclino para besarle la frente, abrazandole contento de sentir su calor y su perfume a jabón.
-Sí, dormí muy bien. -guardó silencio un minuto, y luego agregó- Perdoname por eso, lo siento.